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Pelicula Argentina

Plata quemada

Plata quemada: Dirigida por Marcelo Piñeyro. Con Leonardo Sbaraglia, Eduardo Noriega, Pablo Echarri, Leticia Brédice. Nene y Ángel y su cómplice Cuervo participan en un atraco frustrado a un banco en Buenos Aires en 1965, y luego se esconden de la policía en Uruguay mientras la banda se desbarata.

Reparto

Eduardo Noriega

Leonardo Sbaraglia

Pablo Echarri

Guion

Dinero quemado está ambientada en la Argentina de 1965. Esta historia real sigue la tumultuosa relación entre dos hombres que se convirtieron en amantes y, en última instancia, en despiadados ladrones de bancos en una nota a pie de página notoriamente famosa en los anales de la historia del crimen argentino. Nene, Ángel y Cuervo son ladrones de bancos que huyen de Argentina a través de la frontera con Uruguay tras un atraco a gran escala que se vuelve sangriento. Ángel está herido y los tres deben pasar desapercibidos hasta que se recupere. Nene y Ángel son conocidos por todos como "los gemelos" por su parecido, pero no son hermanos, sino que mantienen una tórrida relación homosexual. Para volver a Argentina, el grupo debe esperar a que Fontana, el cerebro del robo, consiga los pasaportes. Ansioso por salir de su escondite, Cuervo decide romper el toque de queda e irse de fiesta. Después de que Nené y Ángel decidan también irse, Nené conoce a una prostituta llamada Giselle y Ángel acaba metiéndose en una pelea. El grupo se ve obligado a abandonar su refugio y Ángel y Nené deciden irse a vivir con Giselle. Sin embargo, la atracción sexual entre Nené y Ángel arde con demasiada fuerza y cuando Nené se enemista con Giselle y la echa, va directamente a la policía para delatar al grupo. No pasa mucho tiempo antes de que la policía rodee el edificio y el destino de Nene y Angel parece estar sellado.

Comentarios

Top review8/10 Un estado de ensueño hecho realidad, los sentimientos que se apoderan, hacen de esta película de atracos su propia bestia.Dinero quemado, un provocador y severo thriller criminal de Argentina, comienza como una narración en español de Guy Ritchie, con una asamblea de criminales organizando un atraco. Sin embargo, el atraco se acaba en un abrir y cerrar de ojos. La mayor parte de la historia es el impacto del trabajo. Gran parte de esta película parece ya conocida, desde su atractiva estilización de thriller policíaco hasta sus ecos narrativos de Reservoir Dogs, Heat y Bonnie and Clyde, que cuando da uno de sus giros inéditos te supera. Hay muchos desvíos imprevistos.La apertura nos presenta a Ángel y Nene, amantes gay que viven en un turbio apartamento de Buenos Aires. Un narrador nos avisa de que se les conoce como "los gemelos". Después de mostrar cómo se conocieron, en un sucio baño público, el narrador distingue la única forma reveladora en que se parecen: "los ojos quietos, la mirada perdida". El centro de las relaciones entre los personajes, y la forma novelesca en que la historia se divulga a través de narradores secuenciales, con monólogos internos, nos prepara para retroceder y enredar a los "gemelos" en el atraco. Ni ellos, ni la historia, son lo que parecen.Leonardo Sbaraglia interpreta a Nené con un vigor abrasador. Tiene los andares sueltos de un Robert Downey, Jr. más joven, pero rezuma aún más sugestión. Su enfoque solapado de la vida no es petulante ni justificado, sino más bien seguro de sí mismo, desprovisto de cualquier exceso o vanidad. Eduardo Noriega aporta a Ángel un sentimentalismo preñado. Al principio nos parece que puede ser lento, y quizás hasta cierto punto lo sea, pero de una manera que se pierde en delirios interiorizados cargados de emoción, una vuelta al dilema primordial. Parece flotar en la disolución, un estado onírico que se ve fácilmente. Y su aguante emocional se convierte en un juego que ninguno gana. El robo de un furgón blindado sale mal. Los ladrones, uno de ellos herido, deben permanecer completamente fuera de la vista. La desmoralización y la violencia de la ley son los motores iniciales del giro de la historia, aunque no están en el centro. La película, que se basa en una historia real, admite con disimulo que las líneas que separan a los policías de los ladrones son difusas, pero su enfoque se mantiene firme en los ladrones.No hay que descartar esta película como categorizada para un público gay. Aunque gira en torno a los dos protagonistas implícitamente amorosos, Dinero quemado parece competir con parejas heterosexuales mucho más vivas. Nene se mueve en ambos sentidos, y Cuervo, el conductor de la huida interpretado por Pablo Escharri, tiene una novia que figura de forma integral en la trama. Después de que los hombres huyan a Uruguay, las palizas de la policía empujan a la novia abandonada a entregarlos. Revelada su condición, los ladrones deben permanecer fuera de la vista, las presiones aumentan. Las implicaciones antigay se suman a la enemistad. No confían los unos en los otros, todos tienen un arma a mano, pero los vínculos se van solidificando poco a poco.Dinero quemado casi podría haberse hecho en los años 70, cuando se esperaba que una película con la promesa del espectáculo en su tema tomara el camino más complejo hasta el final, sin importar cuál fuera el final. Y sin embargo, la película llega a un clímax que hemos visto muchas veces. Sin embargo, incluso en su brutal ejecución, que extrínsecamente no ofrece muchas variaciones sobre un dispositivo que se remonta al original de 1932, Scarface, mantiene un tema de disolución, un estado de sueño hecho realidad para ellos, de sentimientos que se apoderan de ellos, un tema que, al final, hace que la película sea su propia bestia.helpful-81